“Niños bien nutridos, adultos saludables”

Los alimentos y su consumo significan más que proporcionar nutrientes para el crecimiento y mantenimiento del cuerpo y sus funciones. El desarrollo de habilidades y hábitos alimentarios es paralelo al desarrollo cognitivo que tiene lugar en una serie de etapas, cada una de las cuales sientan las bases para la siguiente.

Hay diversas influencias, algunas evidentes y otras más sutiles, que determinan el consumo y hábitos alimentarios en los niños. Como es sabido, los hábitos, gustos y aversiones se establecen en los primeros años y se prolongan hasta la adultez, época en que hay mayor resistencia y dificultad para el cambio.

En condiciones normales, las principales influencias sobre el consumo de alimentos en los años del desarrollo son: el ambiente familiar, las tendencias sociales, los medios de comunicación y la presión de grupos de pares. De todas, la familia ocupa un lugar central en el desarrollo de los hábitos alimentarios. Los padres y los hermanos de mayor edad son modelos importantes para los pequeños en su aprendizaje e imitación. Los niños no tienen la capacidad innata para elegir una dieta equilibrada y nutritiva. Por consiguiente, tanto los padres como otros adultos en contacto con ellos, son los responsables de ofrecer una variedad de alimentos nutritivos y apropiados para cada etapa de desarrollo. Una relación alimentaria positiva implica que el adulto proporcione alimentos seguros y nutritivos mediante comidas regulares y colaciones (en caso de ser necesarias), mientras que el niño decide cuánto comer. El ambiente en torno a las comidas y la hora de las mismas también son factores que contribuyen a las actitudes hacia los alimentos. Un ambiente positivo implica dedicar tiempo suficiente a las comidas, tolerar derrames ocasionales y fomentar la conversación que incluya a todos los miembros de la familia.

Por lo mencionado y, una vez más, se hace hincapié en la importancia de que tanto padres, abuelos, educadores y, en general, los responsables de la alimentación y la salud de niños y adolescentes, adquieran el conocimiento necesario sobre alimentación y nutrición que les ayudará a elaborar una alimentación variada, equilibrada, respetando los gustos y hábitos particulares.

Es el compromiso asumido por los profesionales dedicados a la nutrición pediátrica, que en un trabajo en conjunto, tenemos el objetivo de lograr que los niños coman de todo (variado), en su justa medida y estimulando la práctica regular de actividad física para el desarrollo de hábitos saludables. Hábitos que serán mantenidos en la adultez ayudándolos a prevenir una serie de patologías relacionadas con la alimentación.

Lic. Sonia Eli Ramirez | Servicio de Nutrición Infantil de Clínica Modelo de Morón

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