Las estadísticas demuestran que en países de climas fríos se registran más casos de depresión y de ansiedad que en los lugares de temperaturas cálidas. La falta de luz es la razón principal que explica el elevado índice de este tipo de trastornos en los países nórdicos, por eso es normal sentirse triste cuando llega el invierno y las horas de sol son más escasas.

En invierno, la falta de luz hace que nuestro cuerpo produzca más cantidad de melatonina, que es determinante a la hora de producir sueño. Por eso nos sentimos más cansados, apáticos y somnolientos. Al mismo tiempo que se genera esta sustancia, disminuye la serotonina, el neurotransmisor que hace que nos sintamos más felices. Del mismo modo, la bajada de niveles de vitamina D que produce la luz del sol también condiciona nuestro estado de ánimo durante los meses de invierno.

Las personas más vulnerables pueden llegar a desarrollar Trastorno Afectivo Emocional o Trastorno Depresivo Recurrente.  El primero se trata de un tipo concreto de depresión que puede comenzar en otoño y prolongarse hasta primavera y que requiere un tratamiento antidepresivo y terapias con luz (luminoterapia). El segundo se refiere a depresiones estacionales que empeoran en los meses más fríos.  

Aquí te dejo algunas recomendaciones para afrontar esta época de la mejor forma posible y disfrutar de todas las posibilidades que ofrece el invierno:

1- Al margen de los factores externos, es importante aprender a controlar los sentimientos y los pensamientos que tenemos evitando frases pesimistas. “Como pensamos es como sentimos”. Se trata de ver el lado positivo del invierno pensando en imágenes reconfortantes como abrigarse con una manta en el sofá frente a la chimenea, las tardes de cine o en las comidas y bebidas calientes. Todo ello ayudará a templar el ánimo. Brindarte buenos pensamientos y buenos momentos de autocuidado, no solo mejorara tu estado de ánimo, sino también tu autoestima.

2- Elegir alimentos ricos en vitamina D e intentar aprovechar para tomar el sol durante un paseo, cuando salga algún rayo, también mejora la tristeza y la ansiedad.

3- Hacer ejercicio produce dopamina, serotonina y endorfinas, las tres hormonas asociadas a la felicidad. Mover nuestro cuerpo es un beneficio fundamental, tanto físico como psicológico. Además, el deporte puede ayudar a reforzar la autoestima, ya que es una disciplina que requiere constancia, esfuerzo y voluntad, y al lograr los objetivos propuestos, se obtiene un alto nivel de satisfacción personal. Se recomienda, además, practicar deporte al aire libre, pese al frío.

4- Para aprovechar todas las horas de sol, también se sugiere despertarse y acostarse pronto. Aunque al principio sea difícil acostumbrase al nuevo horario, los beneficios se notarán enseguida: un mejor descanso, más alegría y menos irritabilidad.

5.- “Que el frío no te aísle”: se aconseja relacionarse con familiares y amigos y no abandonar la vida social. Los ratos de ocio contribuyen a sentirse más contento.

Si bien hay situaciones que conllevan a la tristeza y al desánimo como pueden ser las pérdidas en cualquier sentido, tener en cuenta estas recomendaciones pueden prevenir que en esta época caigas en depresión si sos una persona vulnerable. ¡A escucharse atentamente! ¡A hablarse bonito y a tratarse mejor a uno mismo!! ¡Así disfrutaras del bienestar emocional todo el año!

Dra. Alicia M. Miguez | Clínica Médica - Psiquiatría y Psicología Médica - Transtornos de Ansiedad - Hipnosis Clínica - Psicología Ontológica y Transpersonal Bioneuroemocion - Mindfulness - Eneagrama.
Sanatorio Clínica Modelo de Morón.