La ‘Vieja’ Eritro como la llamaba él, era una de las pacientes favoritas de su Laboratorio. El diálogo empezó sin prolegómenos, porque la amistad era antigua.
Dr.: Hola ‘Vieja’, ¿cómo estás hoy?
La ‘Vieja’ Sedimentación Globular: Muy bien, muy bien, a pesar de mi edad.
Dr.: Vos sabés que después de tanto tiempo de conocerte, ya no me acuerdo cuando y donde naciste, me podés refrescar la memoria porque no encuentro la ficha de tu historia?
VSG: Mirá Doctorcito, -como tenían mucha confianza se permitían este trato íntimo-, te recuerdo que nací en Polonia, a fines del siglo XIX y mi padre fue el Profesor Edmund Biernacki.
Dr.: Ah sí. Tu padre se dio cuenta que si colocaba sangre en un tubo y la dejaba reposar durante una determinada cantidad de tiempo se formaba una columna de glóbulos rojos cuya tasa de sedimentación era bastante constante en un mismo paciente y que esa velocidad de “apilamiento” globular digámoslo así, aumentaba cuando aparecían algunas enfermedades.
VSG: Efectivamente, pero no fui muy popular al nacer, no sé si porque mi padre era de un país científicamente “periférico”, como Polonia o porque no estaban dadas las condiciones técnicas. Pensá que el uso de la jeringa de vidrio para extracciones sanguíneas recién se popularizó con la Primera Guerra Mundial.
Dr.: Y entonces, quién te hizo más accesible al médico común?
VSG: Fue el sueco Robin Fahraeus del Instituto Karolinska en Estocolmo que mientras buscaba alguna reacción diagnóstica de embarazo, se dio cuenta que yo aumentaba un poco en la sangre de las mujeres preñadas, pero el resultado no era definitivo ni seguro.
Dr.: Claro, con el tema del embarazo es mejor estar 100% seguro. No sé porque la gente se pone tan ansiosa por esta cuestión, pero en fin, sigamos con el trabajo de Fahraeus publicado en 1921.
VSG: El Sueco comprendió que en algunas patologías con gran componente inflamatorio como las infecciones, los tumores y las enfermedades autoinmunes, mi valor se incrementaba notablemente y podía contribuir a la sospecha y al diagnóstico de ciertas condiciones graves o potencialmente mortales.
Dr.: Hasta tal punto llegó tu fama, querida ‘vieja’, que en algunos lugares de Escandinavia te usaban como “indicador de enfermedad”, ¿cómo era eso?
VSG: Efectivamente, en Uppsala por ejemplo, los granjeros, en los días festivos iban a la farmacia del pueblo, se hacían extraer un pequeño volumen de sangre y en una hora tenían el resultado. Si mi velocidad de sedimentación era normal volvían al año siguiente y si estaba aumentada iban derechito al médico, porque sabían que estaban en problemas.
Dr.: Y así fue como Jan Waldenström describió la macroglobulinemia.
VSG: Como mi velocidad se incrementa con la presencia de proteínas patológicas, imagínate lo que ocurre cuando prolifera un clon de linfocitos que fabrican sin control alguno inmunoglobulinas de tipo M, que son bastante pesadas. Yo sedimento como una loca, como una loca!- repitió-.
Nuestro clínico se dio cuenta de la emoción un poco exagerada de su paciente, la ‘Vieja’ Eritro se había sonrojado como en las viejas épocas, pero en ese instante notó algo más, notó que estaba un poco descalibrada y algo desaliñada, ¿sería el efecto del paso del tiempo sobre una técnica hematológica tan noble? Discúlpame- le dijo- nunca te había visto así, tan emocionada, te pasa algo?
VSG: Y sí, claro que me pasa algo! Desde hace algunos años, hay una campaña de desprestigio en mi contra, en general llevada a cabo por jóvenes colegas tuyos. Me quieren reemplazar por otros reactantes de fase aguda, como los llaman ahora.
Dr.: Pero no te pongas así. Cada técnica tiene su lugar… (¿Para qué le había dicho esto?, se preguntó y ella lo interrumpió.-)
VSG: ¿Cómo me voy a poner?- Estalló de rabia. Si hasta me compusieron un Réquiem, para despedirme como si fuera una difunta! Y además, me comparan con esa bruja de la P…, de la PCR, quiero decir. Que tampoco es tan joven!
Dr.: Bueno, pero aunque la Proteína C Reactiva (PCR) tiene alrededor de 80 años, ella supo reciclarse, pasó de ser cualitativa a cuantitativa.; es decir, pasó de expresar sus valores en cruces (+++) a mg/L. Y vos te quedaste con los milímetros por hora…
VSG: Te quiero recordar que cuando llego a valores de más de 100 mm/h, puedo colaborar a la sospecha diagnóstica de enfermedades inmunológicas, como la arteritis de células gigantes o la poliangeítis granulomatosa; e infectológicas, como la endocarditis infecciosa o la tuberculosis; y tumorales, como el mieloma múltiple o la enfermedad de Waldenström, de la que ya hablamos.
Dr.: Sí, y además en esas patologías cuando los médicos las tratamos con éxito, tu velocidad de sedimentación se reduce y eso nos deja más tranquillos a todos, pacientes y médicos. Entonces tu función no sólo es colaborar en el diagnóstico, sino también de ayudar en el seguimiento del tratamiento.
VSG: Gracias por consentirme un poco; ahora me siento mejor, querido Doctor.
Dr.: Vos sabés cuanto te aprecio y cuántas satisfacciones diagnósticas y de manejo de los tratamientos, nos hemos dado. Pero, Heráclito tiene razón, el tiempo fluye como un río y nos arrastra con él. Y así, no sin nostalgia, finalizó la consulta.
Dr. José Luis Leone
Coordinador Comité de Docencia e Investigación
Clínica Modelo de Morón.
