La clave está en disfrutar de las celebraciones de forma moderada y con un estilo de vida activo y saludable.

Con respecto a la alimentación se deben seguir los lineamientos de la dieta diaria.

A continuación, los tips para no caer en la tentación:
Comprar lo justo y necesario. De esta forma se limitan las transgresiones a los días festivos y se reduce el desperdicio de alimentos.

Elegir preparaciones con alto contenido en vegetales. Combinación de hortalizas para los platos principales y postres a base de frutas. Por ejemplo: ofrecer variedad de ensaladas como entradas y/ó guarnición y frutas de estación en la mesa dulce.

Moderar las porciones. No hay que prohibirse, sino ser flexibles y darse un gusto con moderación. Lo mejor es elegir lo que se desea comer y servirse en el plato sólo esa ración.

Evitar llegar a la cena con hambre. Es mejor hacer todas las comidas del día livianas, pero completas.

Comer requiere su tiempo y se debe masticar bien los alimentos. El comer rápido puede provocar comer de más antes de sentirnos satisfechos. Para que comer sea un placer se debe degustar y deleitarse con la calidad de los alimentos, no con la cantidad.

Evitar sumar calorías a través de gaseosas, fiambres y snacks que no aportan nutrientes saludables. A la hora de elegir optar por las bebidas comerciales light y evitar el consumo de pan y/ó galletitas en las comidas principales.

Limitar el consumo de bebidas alcohólicas, reservándose una copa para el brindis.

Socializar lejos de la mesa para no comer de más y evitar la sobremesa con comida servida (ya que aumenta el riesgo de seguir comiendo, aún sin hambre).

Por último, hay que recordar que las fiestas se reducen a dos cenas y es importante vivirlas plenamente, dejar de centrar la atención en la comida, la bebida y el turrón. Las fiestas son un deleite por la compañía y el ambiente. Es una época muy especial que va más allá de los placeres culinarios.

Lic. Sonia Eli Ramirez | Nutrición - Chef
Sanatorio Clínica Modelo de Morón.