¿Un cambio de paradigma? La enfermedad trauma ha sido considerada desde hace muchos años la “enfermedad negada de la sociedad moderna” y un “problema de salud pública en América”. Esto es debido a que no han existido, excepto en países desarrollados, políticas de salud destinadas a paliar esta seria enfermedad endémica. Durante los últimos años, y a pesar de la preocupación en materia de prevención, el trauma torácico sigue registrando un aumento en el número de víctimas. En nuestro país la mayoría de los pacientes con trauma de tórax son víctimas de traumatismos cerrados, lesiones que se asocian a una tasa de complicaciones de hasta el 60% y es responsable del 8% del total de las internaciones por trauma. Las fracturas costales se asocian con gran frecuencia a los traumatismos torácicos. La morbilidad y las mortalidad aumentan en relación al número de fracturas costales y con la edad de los pacientes. El dolor es el síntoma más frecuente que presentan la casi totalidad de los pacientes, que se exacerba con los movimientos respiratorios y con la tos.
A los 30 días del traumatismo la mayoría de los pacientes siguen necesitando analgesia y los días de trabajo o actividad normal perdida alcanzan los 70 días de media. En los pacientes con lesiones más graves la discapacidad puede ser permanente
Aunque se desconoce la verdadera incidencia de fracturas costales, entre un 10 y un 50% de los pacientes traumatizados que ingresan a un centro de trauma en Estados Unidos tienen este tipo de lesiones. Se estima que en ese país 350 mil personas cada año presentan fracturas costales. Kerr-Valentic(64) haciendo una extrapolación de los datos en los EEUU estima una pérdida de productividad anual de 58.000 años debida a las fracturas costales.
La presencia de fracturas costales se asocia a complicaciones pulmonares en el 35% de los casos y a neumonía en el 30%. Se consideran un signo centinela, ya que deben alertar sobre lesiones subyacentes pero también constituyen una lesión traumática en sí misma que merece atención y tratamiento. Los pacientes con fracturas costales usualmente han sufrido un traumatismo más severo que los que no la presentan y el número de complicaciones se incrementa con el número de costillas fracturadas.
Las fracturas de las primeras costillas se asocian a lesiones cardíacas y de grandes vasos y las inferiores, especialmente de la región toracoabdominal, con lesiones hepáticas, esplénicas y diafragmáticas y en general con hemo/neumotórax y contusión pulmonar. Los pacientes ≥ 65 años tienen más riesgo de morir y de presentar complicaciones asociadas al traumatismo torácico.
En las últimas décadas ha habido un incremento de la presentación de las fracturas esternales muy probablemente asociado a la utilización del cinturón de seguridad.
Históricamente estos traumatismos de la pared costal, especialmente las fracturas costales, se han tratado con medidas de sostén, como el tratamiento del dolor (al que se lo considera el quinto signo vital), analgésicos vía oral derivados de los opioides, bloqueo de nervios intercostales con bupicaína, analgesia epidural, etc. Todos estos métodos producen subsedación o sobresedación, con las complicaciones propias a cada situación, y sumado a esto, reposo y kinesia respiratoria, teniendo en un alto porcentaje de casos secuelas invalidantes.
La tendencia actual es la osteosíntesis quirúrgica precoz en fracturas costales, con o sin tórax inestable generando amplias posibilidades de tratamiento y reconstrucción del trauma de la pared torácica, específicamente las fracturas costales, aisladas o múltiples, abarcando también las fracturas de esternón, escápula y clavícula, tal como lo demuestran los trabajos de Mayberry 19,20, Nirula23, Kerr-Valentic15, Lafferty17, Bottlang5 y Campbell8, entre otros, en los que se pone énfasis en la importancia de la aplicación de esta técnica con el objetivo de disminuir la estancia hospitalaria y las complicaciones.
En Sanatorio Clínica Modelo de Morón, nuestro servicio de Cirugía Torácica puede llevar a cabo este tratamiento.
Continuará...
Dr. Jorge Reilly | Servicio de Cirugía Torácica
Sanatorio Clínica Modelo de Morón
¿Porqué es importante la evaluación cognitiva?
La evaluación neuropsicológica o cognitiva es un método diagnóstico diseñado específicamente para explorar el funcionamiento cognitivo de las personas.
Potenciales evocados.
Los potenciales evocados son técnicas de registro neurofisiológico que tienen una finalidad exclusivamente diagnóstica. En este sentido ayudan a detectar alteraciones de las vías sensitivas que pueden indicar la existencia de lesiones, y también a determinar las causas de las mismas.