En la Argentina hay dos millones de diabéticos diagnosticados y se estima que la prevalencia de diabetes es del 9.6% de la población, según la última Encuesta Nacional de Factores de Riesgo. Aproximadamente el 15% de todos los pacientes con diabetes mellitus desarrollaría una úlcera en el pie o en la pierna durante el transcurso de su enfermedad. La diabetes es una enfermedad donde los niveles de azúcar en la sangre (glucemia) son mas altos que los niveles normales. Los niveles altos de glucosa en la sangre (hiperglucemia) pueden provocar dos problemas que dañan los pies.

Los niveles altos de glucosa en la sangre (hiperglusemia) pueden provocar dos problemas que pueden dañar los pies.

Daño a los nervios: Uno de los problemas es el daño a los nervios de las piernas y los pies. Cuando los nervios están dañados, se altera la sensibilidad y no se siente dolor, calor ni frío en las piernas y los pies. Cuando no se tiene sensibilidad en estas áreas, una herida o corte en los pies puede empeorarse porque no sabe que la tiene. Esto se llama Neuropatía Diabética y puede provocar una lesión más grave o infección.

Disminución de la circulación de la sangre: El segundo problema ocurre cuando no hay suficiente flujo de sangre en las piernas y los pies (disminución del calibre). La mala circulación impide la curación de las heridas o las infecciones. Este problema se llama Enfermedad Vascular Periférica.

Ejemplo: un zapato puede apretarle una zona del pie. Debido al daño en los nervios del pie, no nota el dolor causado y se produce una ampolla. Luego, la ampolla se infecta. Si los niveles de glucosa en la sangre son altos, el exceso de glucosa alimenta los microbios que causan la infección. Los microbios se multiplican y la infección empeora. La alteración de la circulación de la sangre en las piernas y los pies retrasa la curación de la infección debido a que el antibiótico no llega a estas zonas. En algunos casos las infecciones extensas nunca sanan. Este tipo de infección podría causar la muerte de los tejidos (gangrena). Para evitar que la lesión e infección avancen y afecten más la piel y tejidos, el traumatólogo necesita realizar la resección quirúrgica de la zona afectada (un dedo del pie, el pie o incluso parte de la pierna). Esta cirugía se llama amputación. El pie diabético es una enfermedad compleja responsable del 70% de las amputaciones realizadas en adultos.

¿Qué puede hacer para cuidar sus pies?

• Lávese los pies todos los días con agua tibia. Toque el agua con el codo para asegurarse de que no esté demasiado caliente. Seque los pies completamente, especialmente entre los dedos.

• Revísese los pies todos los días para ver si tiene alguna herida cortante, escoriación, ampolla, enrojecimiento, callosidad u otros problemas. Es especialmente importante revisarse los pies diariamente si tiene daño nervioso o mala circulación. Si no puede doblarse o levantar el pie para revisarlo, use un espejo. Si su vista no es buena, pida a otra persona que le revise por usted.

• Si tiene la piel seca, utilice crema humectante después de lavarse los pies y secarlos. No se ponga crema humectante entre los dedos de los pies. Observe bien no poseer micosis (hongos) entre los mismos.

• Use una piedra pómez o una lima de cartón para limar suavemente los callos y callosidades. Límeselos después de bañarse o ducharse.

• Córtese las uñas de los pies una vez por semana o cuando sea necesario. Córtese las uñas cuando estén suaves después del baño. Córtelas en forma recta una vez que han sobrepasado al contorno del dedo y procure que no queden demasiado cortas. Límese los extremos de las uñas con una lima de cartón. 

• Siempre use zapatos, zapatillas o pantuflas para protegerse los pies de las lesiones.  

• Siempre use medias para evitar las ampollas. No use medias que le queden demasiado apretadas debajo de las rodillas. Utilice medias de algodón y evite las de nylon ya que estas producen mayor transpiración de los pies. Utilice medias sin costura o si las tienen, estas deben estar en el lado reverso, o sea, hacia afuera.

• Use zapatos que le calcen bien. Compre su calzado por la tarde, cuando los pies estén más hinchados. Use los zapatos nuevos con cautela hasta que se suavicen. Uselos sólo 1 ó 2 horas al día en las primeras 1 a 2 semanas.

• Antes de ponerse los zapatos, toque el interior de los mismos y asegúrese de que no tengan bordes cortantes u objetos que puedan lastimarle los pies.

• Nunca use bolsas de agua caliente, almohadillas o mantas eléctricas en las piernas y pies. Posiblemente, se queme sin darse cuenta por la alteración de la sensibilidad en esas zonas

• No fume. El tabaco estrecha las arterias y no favorece un adecuado aporte de oxígeno a sus pies.

• Es aconsejable realizar ejercicio diariamente en forma de paseos por terreno llano y a buen ritmo durante, al menos, una hora. Utilizar zapatillas específicas para dicho ejercicio.

• Respecto a las heridas y curaciones, es preciso que sean evaluadas por el médico, quien le indicará el tipo de cuidados que hay que realizar sobre la misma. Todo esto se puede resumir en observar, proteger y cuidar, que, en definitiva, va dirigido a prevenir la aparición de lesiones en los pies.

Para evitar estas lesiones, el Servicio de Ortopedia y Traumatología de la Clínica Modelo de Morón informa la incorporación de un consultorio para la evaluación, cuidado, prevención y tratamiento de pacientes diabéticos con potenciales o actuales lesiones en sus pies. 

Dr. Eduardo Rio | Jefe de Servicio de Ortopedia y Traumatología de Clínica Modelo de Morón

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